La mirada en la entrevista de trabajo es muy importante, así como todo el lenguaje corporal. Cuando nos encontramos con alguien, le miramos unos segundos a los ojos para detectar sus sentimientos e intenciones, y luego bajamos brevemente la mirada para mostrar nuestra intención de cooperar. No hacer esa pausa y mantener todo el tiempo la mirada fija, se puede interpretar como una actitud desafiante.
Durante una conversación, desviar la mirada en el momento antes de empezar a hablar indica que lo que vamos a decir es fruto de una reflexión meditada, mientras que mirar a derecha e izquierda cuando nos hablan suele ser una demostración de desinterés.
Mirar directamente a los ojos de quien nos habla demuestra interés y atención, pero mantener una mirada directa durante todo el tiempo es demasiado agresivo. En una entrevista de trabajo, por ejemplo -en la que debemos demostrar todo el interés del mundo-, convendría mirar a los ojos del entrevistador al menos el 80% del tiempo.
No debemos estar obsesionados con la mirada ni con el lenguaje corporal en general, pero si que es interesante tenerlo en cuenta y preparalo en los pasos previos a la entrevista de trabajo. Es muy útil cerrar los ojos en casa e imaginarnos que hacemos la entrevista.